¡Que pobreza!
Que pobreza política e intelectual de los bloques opositores al gobierno.. En estos días hemos podido ver los debates realizados en el Congreso, que más que un debate parecía un parloteo entre sordos, cada quién hablaba de lo suyo con clara intención de posicionamiento político partidario, queriendo congraciarse en general con las “cacerolas”, en lugar de pensar en conjunto como solucionar el real problema que llevó a más de 100 días de conflicto. Éste, como se sabe, fue originado por una pésima resolución del Ministerio de Economía donde se gravaba las exportaciones de granos sin ningún tipo de discriminación entre los pequeños, medianos y grandes productores.
La oposición en lugar de aferrarse a la resolución 125 y redactar un proyecto alternativo que se pudiera consensuar con el bloque oficialista, se fueron por las ramas hablaron de todo, cosas que son importantes pero que no son el meollo de la cuestión, para por fin presentar un proyecto de anulación o suspensión por 150 días de dicha resolución a sabiendas que no será aceptada por el bloque mayoritario. Esta actitud es más o menos como decir “no sabemos qué hacer y optamos por lo más fácil, y quedamos bien con los ruralistas”. Esta posición si somos benévolos podemos tildarla de demagógica.
El único bloque opositor, que a mi juicio, actuó con cierta inteligencia fue el del “SI” (el ARI disidente) que optó por esperar las modificaciones que propusiera el bloque oficialista y mayoritario para adherir a éste o proponer alguna enmienda que considere oportuno.
Cuando como en este caso, se ve a un bloque mayoritario con propuestas distintas, que debaten entre ellos para modificar un proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo y sabiendo que sin lugar a dudas éste será modificado, lo más inteligente es esperar el resultado de estos debates internos y luego cuando se presente el proyecto con las modificaciones, estudiarlo y adherir o presentar las disidencias para el debate.
Esta claro que la resolución 125 que fue la que produjo el desastre no puede salir sin modificaciones, pero también debe quedar claro que es muy difícil que lo que se sancione conforme en un 100% a todos, siempre y más cuando se trata de tributos, hay alguien que pierde algo.
Los que creemos que la protesta era justa, hoy no podemos tolerar que se diga que si no sale una ley como quieren los ruralistas vuelven al paro y a cortar rutas. En un estado de derecho y democrático las leyes aprobadas por el Poder Legislativo y promulgadas por el Poder Ejecutivo, deben ser acatadas, siempre que sean constitucionales. Y de no ser así, hay un Poder Judicial a quien se puede recurrir para dirimir el tema. Nunca es cortando una ruta o calle, como se logran las reivindicaciones. La intolerancia y la prepotencia, venga de donde venga, es mala y termina perjudicando a toda la población ajena a un conflicto que debe ser sectorial.
Luego de solucionada la controversia sobre la retenciones y con mucho más tiempo y tranquilidad, entonces sí se podrán tratar otros temas que atañen al sector rural. Ley de arrendamientos, apoyo a los pequeños emprendimientos familiares, ley que regule la tenencia y compra de tierras, economías regionales, etc.
Y esperemos que la oposición comprenda que no es buscando réditos políticos y estando siempre en contra de todo como se solucionan los problemas del País, y que el sector oficialista aprenda de una vez por todas que el voto de la gente no es un voto en blanco para hacer lo que quieran, sino que tienen que prestar oídos a las protestas o pedidos sectoriales para consensuar las soluciones de cada problema.
Nadie es dueño de la verdad y en cada tema en que hay muchas posturas distintas, todos tienen algo de ella y se debe tratar de conciliarlas para lograr un mínimo consenso que satisfaga a la gran mayoría.
Eduardo Montrcé.
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