domingo, 8 de enero de 2017

Menores en Conflicto

Ley de Menores
En estos días se ha comenzado a hablar nuevamente de la baja en la edad en la imputabilidad de los menores en conflicto con la ley, o mejor dicho que delinquen. 
Una ley que trate solamente la edad no representa nada sino va acompañada de una batería de medidas que contemplen la situación socioeconómica, el entorno familiar y social del menor en cuestión, como así también las penas a aplicar, que no pueden ser iguales a las aplicadas a un mayor y el lugar de detención, que no puede ser un depósito de castigo.
En el caso que la pena aplicada sea de restricción de la libertad, ésta debe llevarse a cabo en un lugar donde al joven se lo trate con respeto y consideración, con personal altamente capacitado que lo eduque, le de contención, estudio y algún oficio, que le sirva para rehabilitarse e incorporarse a la sociedad con posibilidades buenas de futuro.
Hay quienes dicen que tratar una ley sobre la minoridad no es muy relevante porque en las estadísticas los delitos cometidos por ellos no representa más de un 5%, pero lo que no tienen en cuenta es que ese porcentaje no es un número, sino un joven que necesita atención y una protección que él y la sociedad necesitan. Hay que tener en cuenta que quien delinque independientemente de la edad, representa un peligro para sí y para terceros, por lo tanto debe ser apartado para su resocialización.
Sin dudas los jóvenes no son los culpables de haber llegado a esta situación, los culpables somos los mayores y un Estado que durante muchos años fue dejando en el abandono y la miseria a una cantidad importante de ciudadanos, sin prestar buena educación, salud y viviendas adecuadas. La falta de trabajo, la marginalidad junto a la droga ha producido un coctel explosivo imposible de controlar.
La ley de minoridad que hoy se aplica es mala por donde se la mire. Todo queda en manos de un juez que determina según su antojo, si el menor que ha delinquido es entregado a sus padres (que en muchos casos son familia de delincuentes) o resguardado en lugares que en lugar de resocializarlos les enseña un master en delincuencia. En ninguno de los casos el menor es escuchado y no tiene la mínima posibilidad de una defensa. Repito queda en las manos de un señor que desde su escritorio y de acuerdo a como se levantó ese día o la cara del chico determina su destino. 
 Por lo expuesto es que creo que hace falta una ley que trate este tema integralmente, para que los jóvenes que delinquen tenga la posibilidad de una buena defensa y puedan ser resocializados, para el bien de ellos y de la sociedad en su conjunto. En cuanto a la edad, hay que tener en cuenta que hoy los chicos comienzan a delinquir muy tempranamente y creo que tomar como base una edad de 14 años no estaría alejado de la realidad.
Por último quiero contar un caso que conozco. Se trata de un chico que a los diez años ya salía a robar, cualquier cosa, lo que fuera, al poco tiempo andaba armado y asaltaba para robar un bolso, un celular o una moto. A los 12 años lo detuvo la policía con una moto que había robado a punta de pistola, le quitaron la moto y el arma y se lo entregaron al padre, que dicho de paso vende drogas. Así siguió su vida, de robo en robo y de la policía a la casa, hasta que un día cuando ya tenía 15 años, en un asalto hirió de gravedad a una persona y el juez lo internó en el instituto de La Plata de donde a los pocos días se escapó. Así siguió libre hasta los 19 años en que mató a tiros a un hermano suyo cuando éste estaba esperando en la puerta de un comercio para que lo atendieran. Lo terminaron deteniendo como al año en un asalto para robar un coche. Es bueno decir que siempre estuvo o en la casa del padre o en lo de la madre y la policía nunca lo encontró. Ahora está purgando una pena de 25 años.
Si a ese joven lo hubieran internado en su momento en un lugar cerrado y con el tratamiento adecuado, quizás no hubiera asesinado a nadie, se hubiera reencausado y no estaría preso, de donde con toda seguridad saldrá peor.