jueves, 24 de julio de 2008

Juana Azurduy


Juana Azurduy de Padilla
Azurduy y su esposo, Manuel Ascensio Padilla, se sumaron a la Revolución de Chuquisaca que el 25 de mayo de 1809 destituyó al presidente de la Real Audiencia de Charcas, en la que tuvo protagonismo Juan Antonio Álvarez de Arenales. Ligados con las expediciones enviadas desde Buenos Aires, al mando primero de Antonio González Balcarce y luego de Manuel Belgrano, combatieron a los realistas defendiendo la zona comprendida entre Chuquisaca y las selvas que mediaban hacia Santa Cruz de la Sierra. Vio morir a sus cuatro hijos y combatió embarazada de su quinta hija.
Tras la derrota del Ejército del Norte en la batalla de Huaqui el 20 de junio de 1811, los realistas al mando de José Manuel de Goyeneche recuperaron el control del Alto Perú y las propiedades de los Padilla junto con las cosechas y sus ganados fueron confiscadas, siendo apresada Juana Azurduy y sus hijos, pero Padilla logró rescatarlos refugiándose en las alturas de Tarabuco.
En 1813 Padilla y Juana Azurduy se pusieron a las órdenes de Belgrano, nuevo jefe del Ejército del Norte, llegando a reclutar 10.000 milicianos. Durante la Batalla de Vilcapugio, Padilla y sus milicianos debieron transportar la artillería sin participar en el combate. Juana Azurduy organizó luego el "Batallón Leales" que participó en la batalla de Ayohuma el 9 de noviembre de 1813, que significó el retiro de los ejércitos argentinos del Alto Perú. A partir de ese momento Padilla y sus milicianos se dedicaron a realizar acciones guerrilleras contra los realistas.
Azurduy lideró la guerrilla que atacó el cerro de Potosí, tomándolo el 8 de marzo de 1816. Debido a su actuación, tras el triunfo logrado en el combate de El Villar recibió el rango de teniente coronel por un decreto firmado por Juan Martín de Pueyrredón, Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, el 13 de agosto de 1816. Tras ello, el general Belgrano le hizo entrega simbólica de su sable.[3]
El 14 de noviembre de 1816 fue herida en Viluma, su marido acudió a rescatarla y en este acto fue herido de muerte.
El cambio de planes militares, que abandonó la ruta altoperuana para combatir a los realistas afincados en el Perú por vía chilena, disminuyó el apoyo logístico a la guerrilla comandada por Azurduy, que se replegó hacia el sur, uniéndose finalmente a Martín Miguel de Güemes. A la muerte de Güemes se vio reducida a la pobreza. En una carta escrita en 1830, cuando vagaba por las selvas del Chaco argentino:
"A las muy honorables juntas Provinciales: Doña Juana Azurduy, coronada con el grado de Teniente Coronel por el Supremo Poder Ejecutivo Nacional, emigrada de las provincias de Charcas, me presento y digo: Que para concitar la compasión de V. H. y llamar vuestra atención sobre mi deplorable y lastimera suerte, juzgo inútil recorrer mi historia en el curso de la Revolución.(...)Sólo el sagrado amor a la patria me ha hecho soportable la pérdida de un marido sobre cuya tumba había jurado vengar su muerte y seguir su ejemplo; mas el cielo que señala ya el término de los tiranos, mediante la invencible espada de V.E. quiso regresase a mi casa donde he encontrado disipados mis intereses y agotados todos los medios que pudieran proporcionar mi subsistencia; en fin rodeada de una numerosa familia y de una tierna hija que no tiene más patrimonio que mis lágrimas; ellas son las que ahora me revisten de una gran confianza para presentar a V.E. la funesta lámina de mis desgracias, para que teniéndolas en consideración se digne ordenar el goce de la viudedad de mi finado marido el sueldo que por mi propia graduación puede corresponderme".
Pasó varios años en Salta solicitando al gobierno boliviano, ya independiente, sus bienes confiscados. El mariscal Antonio José de Sucre le otorgó una pensión, que le fue quitada en 1857 bajo el gobierno de José María Linares. Murió indigente el día 25 de mayo de 1862 cuando estaba por cumplir 82 años y fue enterrada en una fosa común.
Su restos fueron exhumados 100 años después, para ser guardados en un mausoleo que se construyó en su homenaje.
El EDE Mar del Plata adhiere a la petición de colocar la figura de esta gran patriota en los billetes de curso legal de 100$ en lugar de la del Gral Roca. Tarde, pero en algún momento tenemos que honrar a nuestros verdaderos próceres, que dejaron su vida y sus vienes en aras de la libertad.

domingo, 20 de julio de 2008

Con calles de tierra y sin desagües


En el barrio Belisario Roldán se entregaron en estos días algunas viviendas del Plan Federal.
El complejo que cuenta con más de 500 unidades, a pesar de innumerables presentaciones hechas por la Asociación de Fomento y los vecinos, no cuenta con la factibilidad hidráulica correspondiente, lo que supone no tener desagües ni se han hecho trabajos para el corrimiento de las aguas.
No solo esto perjudica a las familias a quienes les otorgaron las citadas viviendas sino a también al vecindario aledaño, que si bien antes de edificado dicho complejo se veía perjudicado por las inundaciones en los días de lluvia, hoy se ve doblemente perjudicado al no contar el barrio con desagües, las calles que, para peor no cuentan siquiera con un cordón cuneta, se convierten a la menor precipitación pluvial en verdaderos ríos e inundando a las viviendas de los lugares más bajos de nivel.
Las viviendas que la Municipalidad entregó en estos días, lejos de ser un lugar acto para el bienestar de las familias, a la hora de las lluvias su entorno se convierte en un lodazal imposible de sortear por quienes deben salir a trabajar o mandar sus hijos al colegio. No cuenta con veredas, ni cordón cuneta y las calles son de tierra.
No quiero ni pensar en lo que se convertirá dicho complejo cuando entreguen todas las viviendas. Sin calles transitables, sin una sala de primeros auxilios y sin un jardín de infantes que pueda contener a la gran masa de niños que sin dudas habitarán en dicho lugar.
Los reclamos de la Sociedad de Fomento y de los vecinos viene desde antes que se iniciara la construcción, porque preveíamos lo que en definitiva está sucediendo, pero nuestros reclamos no fueron atendidos y es de esperar que esta nueva administración municipal lo haga, en nuestro beneficio y en el de los nuevos vecinos que vendrán.

viernes, 18 de julio de 2008

Decreto Presidencial 1176

Decreto de anulación de la polémica resolución 125

Visto y considerando:
Que la igualdad de oportunidades en la totalidad del territorio nacional, para que exista equidad distributiva y también territorial, es un eje sobre el que el Gobierno Nacional está dispuesto a insistir.
Que para poder dar solución a esos problemas, nuestro país tiene que procurar una mayor equidad en las relaciones económicas, de modo que ningún resultado podrá obtenerse sin que deba producirse una mejora en la distribución de los ingresos a favor de los que menos tienen al interior de nuestra economía.
Que en orden a la doble repercusión local del crecimiento del precio internacional de los alimentos, que por un lado mejora el ingreso de quienes los producen en proporciones geométricas y, por el otro, amenaza con alejarlos de la posibilidad económica de adquirirlos a los sectores populares que han venido incrementando su participación en el consumo del mercado doméstico, la situación presenta gran complejidad.
Que, ante ello, con la clara finalidad de estabilizar los precios internos a niveles convenientes, mantener un volumen de oferta adecuada a las necesidades del mercado interno y asegurar un máximo posibles del valor agregado en el país con el fin de obtener un adecuado ingreso para el trabajo nacional, se modificaron derechos de exportación vigentes para soja, girasol, maíz y trigo y sus derivados.
Que en consecuencia se dispuso que dichos derechos fueran móviles y se incrementaron para la soja y sus derivados y se disminuyeron para el trigo y maíz. Que aquel uso legítimo de facultades constitucionales y legales ejercido por un gobierno constitucional electo en elecciones libres y sin proscripciones, fue pretexto para un violento lock out, que inició una escalada de cortes de rutas, desabastecimiento, encarecimiento de alimentos, coacciones, amenazas, agresiones verbales y físicas, y ha querido presentarse ante el pueblo de la Nación como una manera de menoscabar la participación del Honorable Congreso de la Nación.
Que, sin perjuicio de haberse dictado en uso de facultades regladas, para mayor institucionalidad y ejercicio de la democracia, se postuló la ratificación de las medidas y la transformación del Programa de Redistribución en un Fondo con Afectación Especial, por el Honorable Congreso de la Nación.
Que en la convicción de que nada es mejor para la institucionalidad que respetar más a las instituciones, se pretendía que el propio Poder Legislativo tome plena participación, discusión y decisión en un tema que válida y prácticamente -atendiendo a la realidad de las urgencias que siempre imponen las políticas económicas- había oportunamente y legítimamente delegado.
Que a nadie podía agredir que el Congreso de la Nación, a instancias del Poder Ejecutivo, se pronunciara en una materia en donde la discusión de intereses había cobrado inusitada virulencia.
Que, sin embargo, todo indica que la resolución del tema por esa vía resulta imposible, dada la situación existente. Si bien la Honorable Cámara de Diputados de la Nación pudo arribar a una expresión de esa voluntad, por mayoría absoluta, en la Honorable Cámara de Senadores de la Nación existió un empate que hizo necesario el desempate por parte del Señor Vicepresidente de la Nación.
Que si bien los diputados pudieron acordar un proyecto que logró una mayoría parlamentaria suficiente, en la Cámara de Senadores sólo pudieron empatar en singulares condiciones y sin ningún consenso positivo, generándose una virtual imposibilidad de decisión oportuna del tema.
Que así, con una de las Cámaras a favor de la ratificación de la medida con mayoría absoluta y, la otra en virtud de aquél desempate, rechazando esa medida, no se ha podido resolver la cuestión, toda vez que deja el trámite inconcluso y al Congreso sin manifestación.
Que es este Poder Ejecutivo entonces el que debe dirimir la cuestión, volviendo a ejercer sus facultades, pues de otro modo ha sido imposible.
Que corresponde tomar las medidas que posibiliten destrabar la situación, instruyendo al señor Ministro de Economía y Producción para que limite la vigencia de las normas que instrumentaron las retenciones móviles así como las que se destinaron a compensaciones, para que rijan retenciones iguales a las fijas que disponían las resoluciones 368 y 369 de este Ministerio de fecha 7 de noviembre de 2007 (conocidas como las del 35 por ciento), a partir de la fecha de su publicación en el Boletín Oficial.
Que la República Argentina, en víspera de su Bicentenario, enfrenta una gran oportunidad de crecimiento si toma las medidas adecuadas en medio de esta verdadera crisis mundial provocada por el incremento de precios del petróleo y de los alimentos, impidiendo que ese crecimiento de los precios termine excluyendo a una mayoría de nuestra población.
Que mantener un adecuado nivel interno del precio de los hidrocarburos y de los productos que consume nuestro pueblo en lo económico y sujetarnos a la regla central de la democracia que es, en diversidad y pluralidad, respetar la voluntad popular, traducida en respeto a las instituciones es sustancial. Preservar la calidad institucional, permitirá encontrar mecanismos para la composición de los diversos intereses que componen la Patria.
Que no debe haber interés que pueda estar por encima del interés de la Patria, no puede haber sector que imponga coactivamente al conjunto sus propios intereses de lucro.
Que manteniendo las convicciones respecto de la necesidad de la adopción por nuestro país de un sistema de derechos de exportación variables o móviles con miras a la protección del interés de los que menos tienen, ordenamos dejarlas sin efecto para que puedan discutirse, en democracia y pluralidad pero con instituciones que estén exentas de presiones.
Que forzoso es decirlo, el debate mostró un ejercicio democrático al interior de las instituciones, pero en un marco de agresiones y presiones de todo tipo ejercidas sobre los legisladores y sus familias y sus lugares de residencia, de una manera que es preciso desterrar de los comportamientos sociales y públicos para que en verdad exista cada vez más institucionalidad y más democracia.
Que en la manera en que esas agresiones físicas, amenazas y presiones de distinta y diversa naturaleza -algunas imperceptibles- limiten o determinen de algún modo las voluntades de quienes legítimamente tienen la tarea de decidir en nombre de todos los que los eligieron, estará condicionada y limitada nuestra democracia y el nivel de la calidad de nuestras instituciones.
Que la presente medida se dicta en uso de las atribuciones emergentes del artículo 99 incisos 1 y 2 de la Constitución Nacional Argentina.
Por ello la Presidenta de la Nación Argentina decreta:

Artículo 1º.- Instrúyese al señor Ministro de Economía y Producción de la Nación para que en uso de sus facultades limite la vigencia de las resoluciones Nº 125 de fecha 10 de marzo de 2008, su modificatoria 141 de fecha 13 de marzo de 2008, su derogatoria 64 de fecha 30 de mayo de 2008 y sus complementarias 284 y 285 del 18 de abril de 2008.

Artículo 2º.- Instrúyese al señor Ministro de Economía y Producción para que en uso de sus facultades disponga la vigencia de posiciones arancelarias de la Nomenclatura Común del MERCOSUR (N.C.M.) iguales a las dispuestas por las resoluciones ministeriales 368 y 369 de fecha 7 de noviembre de 2007, a partir de la fecha de la publicación en el Boletín Oficial.

Artículo 3º.- Comuníquese, publíquese y dése a la Dirección Nacional del Registro Oficial y archívese.

Discurso del Vice Presidente Julio Cobos


El país nos está mirando. Hay gente en las plazas y en las calles, esperando una respuesta. Una respuesta que no debe traducirse en una victoria o en una derrota. Para que se preserva la institucionalidad, la paz social y el consenso. Obviamente el consenso no está presente.
Está el país partido, esta es la verdad. Están todos, nuestros hijos. Están todos preocupados. A mí me han tocado momentos difíciles en la vida. Cuando tenía 23 años se le ocurrió a dos presidentes de facto llevar al país casi a una guerra por el conflicto en el Beagle. Estaba en la universidad y me vi envuelto casi en ese conflicto. Podía haber sido catastrófico para argentina y para Chile. No podía entender por qué estaba ahí. Después sucedieron muchas cosas en mi vida. Eso me marcó a fuego. La historia me hizo gobernar una provincia importante, Mendoza.
Hoy debe ser el día más difícil de mi vida, junto con aquellos momentos que viví en la juventud. No sé por qué el destino me pone en esta situación. Obviamente para un hombre de carne y hueso, con sentimientos y emociones como todos ustedes, hace que uno se genere contradicciones. Es así. No es la situación que se vivió en el 2001, donde la gente pedía que el Gobierno se fuera porque no había cumplido las expectativas. Por eso cuando asumió el Presidente de ese entonces después de una transición traumática, todos comenzamos a recuperar la esperanza y todos apostamos a consolidar el crecimiento, a consolidar el esfuerzo, el sacrificio. Así poco a poco comenzamos a recuperar un gran país, el que tenemos, el que fue fruto del trabajo de muchos inmigrantes, mis abuelos. Mi abuelo cosechaba. Salía con la casilla y demoraba 15 días para volver, porque trabajaba en el campo. Otros, empleados del ferrocarril. Todos supieron construir metas colectivas. Diferentes razas, religiones, son las ventajas que tiene nuestro país, que no tiene ningún otro. Que no haya diferencias raciales y religiosas.
Parece que nos cuesta ponernos de acuerdo. Nos cuesta entenderlo. Por eso cuando veíamos que este país crecía, este país se alejaba de cualquier riesgo como el que vivimos en el 2001, un grupo de hombres y mujeres, a lo mejor de distintos partidos, creímos en esto que llamamos la Concertación. A algunos nos costó y mucho, la expulsión de un partido en el cual milité. Pero lo hicimos convencidos que teníamos que aportar entre todos. A sortear las diferencias. Había crisis en los partidos políticos. Habían perdido esa representatividad. Hay hombres del oficialismo que están pensando distinto. Hay hombres de la oposición que también piensan distinto. Estoy seguro que lo que está esperando la ciudadanía, el campo, el gobierno, la gente, nuestros hijos, todos es de aquí salga una solución consensuada. Una solución en la cual esta excepcionalidad que me da la Constitución tenga que el vicepresidente de la nación tenga que traer la solución que no todos están esperando. Y créanme que está en mí el mejor de los anhelos como para que el gobierno que encabeza la Presidenta de los argentinos sea el mejor de todos, pero ella delegó en el Congreso la solución de este conflicto. Se avanzó bastante en la Cámara de Diputados y se llega hoy aquí para que de alguna manera hayan realizado su aporte, definan quienes representan a las provincias argentinas.
En esta circunstancia y en estos días que hemos vivido, yo puse ahí como ejemplo algunas cosas que se lograron con el consenso, con los acuerdos. Por eso fue la idea mía de convocar a los gobernadores. Así avanzamos en leyes importante que permitieron resolver temas importantes. Yo se que formo parte de este Gobierno. Que vengo de otro sector, de otro espacio político. Que por ahí me permite disentir de algunas cosas. Esto es pluralidad. Actuar en base a mis convicciones. Por eso he hecho todo lo posible, a veces anticipadamente y con críticas, lo entiendo. Pero sabía que este tema debía llegar lo más consensuado posible. Obviamente no llegó así, da cuenta de ello este resultado.
La ciudadanía no está esperando que desempate el presidente del Senado. Lo que está esperando, a mi humilde entender, es que de acá salga algo consensuado. Y yo sé que está en el ánimo de todos ustedes aportar a este consenso. Ha habido varios proyectos. Y ninguno termina de convencer porque no se ha podido unificar en las comisiones, a pesar de haber recibido a distintos actores. Yo sé que uno tiene una responsabilidad institucional en estos momentos. Sé que tengo que, con mi palabra o con decisión de ustedes, tengo que aportar para fortalecer a un gobierno, para encontrar una solución y dar tranquilidad a todos los argentinos que quieren vivir en paz. Porque sabemos que las cosas están bien. Y que este tema ha generado esta división resulta inexplicable, inentendible, como a muchos argentinos.
Yo les quiero hacer un pedido. Quiero que evalúen la posibilidad de un cuarto intermedio para encontrar una solución que espera la ciudadanía sin mezquindades de ningún sector, porque el país está mirándonos. En el sector del oficialismo ha habido mucha gente que ha pensado distinto. No por ellos tiene que ser un impedimento para entendernos. Los representantes de las provincias están divididos. Yo les pido al bloque del oficialismo que evalúe esta posibilidad. Y a los sectores de la oposición la responsabilidad que hoy nos demanda la historia, las circunstancias. El país nos está pidiendo que nos pongamos de acuerdo. Y quizás necesitamos más tiempo para alcanzar el consenso. Que dé la respuesta que el pueblo argentino está esperando. Se lo pido en nombre de muchos argentinos que, creo, están esperando el mayor acuerdo posible para terminar este conflicto y para mirar hacia adelante.
Yo tengo que acompañar por la institucionalidad, por el riesgo que esto implica. Mi corazón dice otra cosa y no creo que esto sea el motivo para poner en riesgo el país, la gobernabilidad, la paz social. Quiero seguir siendo el vicepresidente de todos los argentinos, el compañero de fórmula hasta 2011 con la actual presidenta de los argentinos. Vuelvo a decir que es uno de los momentos más difíciles de mi vida. No percibo ningún interés. Estoy expresando lo que mis convicciones, sentimientos empujan a la decisión. Yo creo que la presidenta de los argentinos me va a entender. No creo que no sirva una ley que no es solución a este conflicto. La historia me juzgará no sé cómo. Pero espero que esto se entienda. Soy un hombre de familia como todos ustedes, con una responsabilidad en este caso. No puedo acompañar. Y esto no significa que estoy traicionando a nadie. Estoy actuando en forma a mis convicciones.
Yo le pido a la presidenta de los argentinos que tiene la oportunidad de enviar un nuevo proyecto que contemple todos lo que se ha dicho, todos los aportes que se han brindado, gente afuera y aquí mismo. Que la historia me juzgue. Pido perdón si me equivoco. Mi voto no es positivo.

Nota

“Lo importante, amigos y amigas, es comprobar que distintos argentinos, con distintas historias, con distintas identidades, son capaces de unirse tras un proyecto común y caminar juntos. De los que, tal vez, no hayan entendido lo que le habíamos dicho a la gente, allá por octubre, bueno, alguna vez entenderán porque algunos tardan más en entender las cosas. Esperémoslos que a lo mejor algún día se dan cuenta”.
El que antecede es un párrafo del discurso de la Presidenta de la Nación en momentos de la inauguración de las obras en el aeropuerto de Chaco en el día de ayer.
Cuanta razón tiene, los opositores de derecha, de centro e izquierda, más algunos peronistas se unieron para rechazar unánimemente la resolución 125, que durante cuatro meses nos tuvo a todos los argentinos en vilo. Y lo de “entender”, también le cae como anillo al dedo a ella y a su séquito, que deberían entender que gobernar un país no es lo mismo que mandar en una estancia y que aunque se tenga razón, ésta no se impone por medio de la prepotencia y la diatriba sino mediante el consenso constructivo y tomando en cuenta lo que el que piensa distinto tiene para decir. Hoy la mayoría de los ciudadanos de a pie, también como ella dice, esperamos que algún día se den cuenta, que nosotros queremos una democracia plena, con división de poderes, con un Congreso que actúe en libertad, sin condicionamientos políticos partidarios, pensando solo en que son nuestros representantes y que no queremos más a nuestro Presidente/a vituperando y maltratando desde el atril a todo aquél que no piense como el/ella.
El ser elegido para Presidente/a es el cargo más alto que la ciudadanía le otorga a una persona y éste/a no debería ensuciar tan preciada envestidura peleándose en público y rebajándose a la diatriba y a la ofensa de quienes se oponen a sus decisiones. La paz y la concordia no se logran si nuestros más altos funcionarios se prenden en peleas y disputas que no conducen a nada positivo. El gobernante tiene la obligación de actuar en positivo y nunca su posición debe ser de confrontación o de derrota, aunque sí es de grandes reconocer un error.
Por eso es que luego de la anulación en el Congreso de la Nación de la resolución 125, es de esperar que nuestra Presidenta no tome esto como una derrota personal o que todos los que estábamos en contra de esa resolución, también lo estamos de todos sus actos de gobierno. Hay cosas que todos compartimos y otras que no, pero a excepción de un minúsculo sector, todos queremos que le vaya bien y que termine su mandato dejándonos un país mejor, con más democracia, más participación, más control en los actos de gobierno y sobre todo con mayor equidad y paz.
Eduardo Montarcé

martes, 15 de julio de 2008

Ni con unos ni con otros

Este martes, cuando gran cantidad de personas se concentrarán en la Capital Federal, movilizados unos por el PJ y el gobierno, y otros por las agrupaciones rurales más los partidos políticos disidentes y otras agrupaciones sociales y sindicales, nosotros permaneceremos en nuestras tareas cotidianas y veremos el desarrollo de los acontecimientos desde los canales de televisión.
Como muchos otros compañeros creemos que la democracia no está en peligro como opinan los seguidores del gobierno, en todo caso lo que se discute es una forma de hacer política. No creemos que los más de cien diputados que votaron en contra de la resolución 125, los más de 500 intendentes que se manifestaron de la misma forma, los gobernadores y tantos otros sean golpistas, antidemocráticos y destituyentes. El manifestarse en contra de un acto de gobierno o de una ley es tan legítimo como el que está a favor.
Los que pregonamos una política distinta, algo nuevo, participativo, horizontal, abierto y democrático, no podemos ni deberíamos marchar junto a los Fernandez, D’Elia, Depetri, Moreno, Jaime, Devido, Kunkel, Moyano y tantos otros que de democráticos no tienen nada. Hablan de la distribución de la riqueza ¿Cuál? ¿La de la construcción de las casas del Plan Federal, que se lanzan en vísperas de una elección y que como pasa aquí en Mar del Plata aún no se han construido ni entregado ni un 5%? ¿O la de los hospitales, que no tienen personal, les falta insumos y cada día son menos las camas a disposición de los enfermos? Debe ser la distribución previsional donde se jubiló a muchas personas que no tenían aportes y se aumentaron los haberes, pero que mientras el ANSES presta dinero para pagar deudas, los jubilados en su gran mayoría cobran menos de mil pesos.
Sería necio no reconocer que el gobierno actual ha realizado una tarea importante en los derechos humanos del pasado, la designación de una Corte Suprema independiente, la desocupación esta en niveles casi normales, se desembarazó del cepo del FMI. Pero mientras tanto se sigue gobernando con súper-poderes y se apoyan en una ley del proceso militar para fijar los impuestos aduaneros.
La otra concentración, la de los ruralistas. Aunque compartimos el reclamo de los pequeños y medianos productores, porque tal cual está la ley no los beneficia, porque sabemos lo que es reclamarle al Estado una retribución y además porque no estamos de acuerdo con los Art. 1º y 2º. Pero no podemos ni debemos concentrarnos con Cecilia Pando, Luís Barrionuevo, Macri, Carrió y lo más granado de la derecha tradicional, que cuando ellos gobernaron ya sabemos cómo nos fue.
Sin lugar a dudas estamos totalmente en contra de los escarches sufridos por algunos diputados e intendentes, lo que debería ser castigado con todo el rigor de la ley. No es democrático ni tolerante este tipo de manifestaciones. Así mismo no podemos aceptar como positivos los discursos oficialistas donde se trata a los disidentes de golpistas, destituyentes o antidemocráticos. Desde la más alta envestidura al hacer una aseveración semejante, debería presentar la denuncia ante la justicia penal correspondiente, de lo contrario mantenerse en silencio en estos temas.
Nosotros creemos que debemos seguir pensando que una Argentina distinta es posible y que somos muchos los ciudadanos que queremos un cambio en la forma de hacer política, con transparencia, participación, solidaridad y equidad. Creemos en los líderes elegidos por el consenso de los militantes y no en los iluminados de turno, que cuando se les termina la iluminación nos estrellan, como ha sucedido hasta ahora. Las decisiones, tanto a nivel gubernamental, como político partidario deben ser tomadas en consensos amplios, profundos y no solo por un grupo o sector que siguen un alineamiento rayano en la obsecuencia.

viernes, 11 de julio de 2008

Enfermos

Muchos de nuestros políticos están enfermos de odio y resentimiento, se puede comprobar esto cuando oímos o leemos sus discursos en la Cámara de Diputados y en los reportajes periodísticos que les realizan.
Cuando se discute sobre un tema pierden tiempo hablando sobre lo que hizo o dejó de hacer el otro, sin abocarse a la discusión puntual que los ha reunido, ya sea en el ámbito de la Cámara o en un estudio televisivo. Se demonizan, se descalifican. Esta obsesión por recordar el pasado y remover viejas reyertas y antinomias, no ayuda en absoluto y tiende a profundizar los desencuentros entre una población ávida de paz y concordia.
El abrazo de Eduardo Buzzi con Agustín Rossi, en lugar de ser aplaudido como un ejemplo de civismo y convivencia, se lo critica. No piensan igual, defiende intereses distintos, o talvez los mismos con posiciones o visiones distintas, pero no por eso tienen que repudiarse y ser enemigos.
Debemos aprender y curarnos de una vez por todas la enfermedad del odio y del resentimiento, mirar al presente y el futuro con esperanza de unión como pueblo civilizado. Cada uno desde su lugar, sin renegar de sus pertenencias ideológicas o partidarias, pero considerando siempre que en la diversidad se pueden lograr los consensos y que quien no piensa como nosotros no es nuestro enemigo.
Alguien escribió que con la Sociedad Rural no se puede consensuar. Error. No se podía consensuar cuando había un poder militar que apoyaba los reclamos de ese sector, pero hoy eso no existe y dicha Sociedad no tiene otro camino que avenirse al consenso o quedar aislada y relegada. La política deberá poner las reglas para no permitirle a éste ni a ningún otro sector tener el control económico, que tanto nos perjudicó y nos siguen perjudicando.
La sociedad en general no quiere más estar dividida, ¿quien no cuenta entre sus amistades con personas que no piensan igual políticamente? Hablamos, discutimos, pero tratamos siempre de unirnos en una idea común para lograr una mejora en nuestro barrio o para la sociedad de fomento a la que pertenecemos. No hablamos de política sectorial, ni le preguntamos a nuestro vecino donde estaba en los 70 o en los 90, cuando tenemos que arreglar un desagüe, una vereda o una calle.
Nuestros políticos (representantes) deberían saber que a nadie le interesa lo que hicieron en el pasado, pero sí lo que harán en el futuro y cómo lograrán mejorar el estándar de vida de la población.
Este comentario no implica que debamos olvidar las atrocidades cometidas por los golpistas del siglo pasado, estos deben ser repudiados y castigados con todo el peso de la ley, para que nunca más a nadie se le cruce por la cabeza la posibilidad de solucionar sus problemas con un golpe de estado.

Eduardo Montarcé

viernes, 4 de julio de 2008

¡Que Pobreza!

¡Que pobreza!
Que pobreza política e intelectual de los bloques opositores al gobierno.. En estos días hemos podido ver los debates realizados en el Congreso, que más que un debate parecía un parloteo entre sordos, cada quién hablaba de lo suyo con clara intención de posicionamiento político partidario, queriendo congraciarse en general con las “cacerolas”, en lugar de pensar en conjunto como solucionar el real problema que llevó a más de 100 días de conflicto. Éste, como se sabe, fue originado por una pésima resolución del Ministerio de Economía donde se gravaba las exportaciones de granos sin ningún tipo de discriminación entre los pequeños, medianos y grandes productores.
La oposición en lugar de aferrarse a la resolución 125 y redactar un proyecto alternativo que se pudiera consensuar con el bloque oficialista, se fueron por las ramas hablaron de todo, cosas que son importantes pero que no son el meollo de la cuestión, para por fin presentar un proyecto de anulación o suspensión por 150 días de dicha resolución a sabiendas que no será aceptada por el bloque mayoritario. Esta actitud es más o menos como decir “no sabemos qué hacer y optamos por lo más fácil, y quedamos bien con los ruralistas”. Esta posición si somos benévolos podemos tildarla de demagógica.
El único bloque opositor, que a mi juicio, actuó con cierta inteligencia fue el del “SI” (el ARI disidente) que optó por esperar las modificaciones que propusiera el bloque oficialista y mayoritario para adherir a éste o proponer alguna enmienda que considere oportuno.
Cuando como en este caso, se ve a un bloque mayoritario con propuestas distintas, que debaten entre ellos para modificar un proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo y sabiendo que sin lugar a dudas éste será modificado, lo más inteligente es esperar el resultado de estos debates internos y luego cuando se presente el proyecto con las modificaciones, estudiarlo y adherir o presentar las disidencias para el debate.
Esta claro que la resolución 125 que fue la que produjo el desastre no puede salir sin modificaciones, pero también debe quedar claro que es muy difícil que lo que se sancione conforme en un 100% a todos, siempre y más cuando se trata de tributos, hay alguien que pierde algo.
Los que creemos que la protesta era justa, hoy no podemos tolerar que se diga que si no sale una ley como quieren los ruralistas vuelven al paro y a cortar rutas. En un estado de derecho y democrático las leyes aprobadas por el Poder Legislativo y promulgadas por el Poder Ejecutivo, deben ser acatadas, siempre que sean constitucionales. Y de no ser así, hay un Poder Judicial a quien se puede recurrir para dirimir el tema. Nunca es cortando una ruta o calle, como se logran las reivindicaciones. La intolerancia y la prepotencia, venga de donde venga, es mala y termina perjudicando a toda la población ajena a un conflicto que debe ser sectorial.
Luego de solucionada la controversia sobre la retenciones y con mucho más tiempo y tranquilidad, entonces sí se podrán tratar otros temas que atañen al sector rural. Ley de arrendamientos, apoyo a los pequeños emprendimientos familiares, ley que regule la tenencia y compra de tierras, economías regionales, etc.
Y esperemos que la oposición comprenda que no es buscando réditos políticos y estando siempre en contra de todo como se solucionan los problemas del País, y que el sector oficialista aprenda de una vez por todas que el voto de la gente no es un voto en blanco para hacer lo que quieran, sino que tienen que prestar oídos a las protestas o pedidos sectoriales para consensuar las soluciones de cada problema.
Nadie es dueño de la verdad y en cada tema en que hay muchas posturas distintas, todos tienen algo de ella y se debe tratar de conciliarlas para lograr un mínimo consenso que satisfaga a la gran mayoría.

Eduardo Montrcé.