Cuando se dice que nuestro gobierno es impredecible, los defensores del “modelo”, (que ha mi juicio es solo un relato sesgado de la realidad) se enojan y nos tratan de detractores y de defender modelos ya superados. Nada más alejado de la verdad, porque ser previsible y transparente en las medidas de gobierno, es establecer un orden hacia el futuro, saber quien somos y hacia donde vamos, posicionándonos en el concierto de naciones de acuerdo con nuestra idiosincrasia y rumbo a seguir.
No hace mucho nuestra presidenta festejaba el triunfo de Barak Obama y muy suelta de cuerpo decía que era peronista y que copiaba el modelo productivo y keynesiano de Néstor Kirchner. En esa postura, creyendo eso firmó los acuerdos para que personal del ejército norteño diera instrucción a la policía federal y a otras instituciones de seguridad, violando con ello la debida autorización que el Congreso debe dar en ese tipo de acuerdos. Resulta que ahora, no se sabe bien porqué, el “peronista” se convirtió en la encarnación del imperialismo yanqui y sus fuerzas armadas vienen a enseñar artes de tortura, golpes de estado y no se cuantas cosas más.
Hasta el conflicto con el campo por la resolución 125 el grupo Clarín pertenecía a los amigos del gobierno, a quienes se entregaban las primicias de tapa del diario y su director Héctor Magnetto era invitado a cenas privadas en Olivos. En esos tiempos ese Sr. era democrático y nunca había tenido nada que ver con fraudes en la compra de papel prensa, ni la dueña del multimedios había anotado como propios hijos de desaparecidos en la dictadura militar. En un día, de amigos se convirtieron en los más feroces enemigos, no solo del gobierno sino también de la democracia.
Con Scioli pasa algo digno de los analistas en psicología. Kirchner lo tuvo de vicepresidente, cuando aquél se perfilaba como gran candidato a Jefe de Gobierno porteño, los kirchneristas determinaron que era más útil como gobernador de la principal provincia argentina y así fue como sin reparos el “compañero Scioli” llegó a gobernador. Para completar el cuadro acompañó al ex presidente en la presentación de las vergonzosas “testimoniales” haciendo alarde de una obsecuencia pocas veces vista. Pero todo en pos de preservar el “modelo”. Ahora resulta que de buenas a primeras se convirtió, este gran defensor de las políticas nacionales y populares, en el bastión de la derecha retrógrada y adalid de la mano dura a quién hay que recortarle el poder con el nuevo abanderado de la progresía Martín Sabbatella, con quién hacen causa común los “intelectuales” de Carta Abierta y los nuevos beneficiarios del “modelo” como es el caso de algunos artistas.
Sacaron una ley de Partidos Políticos con cláusulas de casi cumplimiento imposible para las agrupaciones pequeñas, pero los oficialistas se rasgaban las vestiduras repitiendo que era una ley moderna y que con ella se terminaría con las listas espejo y colectoras, que tanto mal le había hecho a la democracia y a la política. Ahora resulta que como parece que a ellos les puede convenir, quieren habilitar las colectoras.
Este comentario que hago, no es en defensa de nadie, porque no quiero a los yanquis en mi país, Clarín no es santo de mi devoción y Scioli siempre fue lo que el gobierno recién hoy se da cuenta que es, pero lo que trato de destacar es lo errático que puede ser o que es este gobierno que hoy nos toca y la poca o nula certeza que podemos tener los ciudadanos en lo que podrá hacer en el tiempo futuro. Si ellos con sus cabriolas no saben qué son, menos podemos saber los que padecemos esos bruscos cambios.
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