El proyecto de Ley de Medios Audiovisuales enviado al Congreso por el Ejecutivo, es sin dudarlo un gran avance en la idea de controlar la concentración de los medios en pocas manos, cosa que ha sido muy perniciosa en la formación e ideologización de la información, tendiendo en muchos casos a la formación del discurso único.
La gran importancia que ha tomado la televisión (principalmente) en la opinión pública llegando al extremo que lo que no sale por la pantalla chica, no existe, amerita un profundo cambio en las reglas que permitan la diversificación de los medios a fin que la población tenga un espectro mucho más amplio en la información y pueda determinar por si, su posición, ya sea política, ideológica, religiosa, etc.
La libertad de expresión no debe estar atada a los interese económicos facciosos de los grandes monopolios, lo que no quiere decir que cada prestador pueda tener su línea editorial afín a una posición política, religiosa, etc. pero estas posiciones deben ser bien determinadas y la población podrá elegir a su libre albedrío cual es la palabra que quiere oír y la que considere más acertada.
Como están dadas las reglas en la actualidad, se ha llegado a un extremo en que algunos medios de comunicación se dan el lujo de elegir un candidato y catapultarlo a la opinión publica de una forma casi obscena y lograr su instalación para luego sea votado con mayor éxito. En otras palabras, se ha llegado al convencimiento que la suerte o desventura de un político, indefectiblemente está atado al beneplácito o no de los multimedios de comunicación. Nosotros los marplatenses tenemos un claro ejemplo de esto, si alguien quiere llegar a un lugar destacado en la política debe tener el visto bueno de Sr. Aldrey Iglesias, que es desde hace mucho tiempo, el poder tras el poder.
Ahora bien, los que hemos leído el proyecto enviado por el Ejecutivo Nacional al Congreso (aunque no somos expertos) vemos en él un gran avance y en líneas generales creemos que es un buen proyecto, pero que tiene algunos puntos controvertidos que se deberían cambiar o consensuar, por ejemplo dejar intervenir a las empresas telefónicas y la Autoridad de Aplicación. Creemos que las empresas que tienen a su cargo concesiones del Estado no deberían participar en los medios de comunicación por encontrase atadas a convenios que pueden en determinado momento condicionar la información a los negocios del gobierno de turno con dichas empresas. Y la Autoridad de Aplicación, creemos que debería ser un ente independiente del Poder Ejecutivo y controlado por el poder Legislativo.
En cuanto al Art. 40, que tanto revuelo ha hecho en la oposición, lo hemos leído y releído y no encontramos nada anormal porque contempla una revisión puramente técnica y no afecta en nada los derechos de los titulares de la licencias.
Para mejor entendimiento trancrivimos el Art. 40 tal cual está en el proyecto del Ejecutivo:
ARTÍCULO 40.-76
La Autoridad de Aplicación deberá, en forma bianual y en virtud de la aplicación de nuevas tecnologías, revisar las reglas establecidas en los artículos 38 y 39 con el objeto de resguardar la competencia, el interés público, y promover el pluralismo y el desempeño de los prestadores de la actividad, preservando los derechos de los titulares de licencias o autorizaciones al momento de la revisión.
La aprobación de las nuevas reglas deberá ser previamente ratificada por la Comisión Bicameral creada por esta ley.
NOTA Artículo 40.
En la propuesta formulada se agrega una hipótesis de trabajo hacia el futuro en el que el dividendo digital permitiría una mayor flexibilidad de normas. Para tal fin se ha tomado en consideración las instancias que la ley de Comunicaciones de Estados Unidos de 1996, -sección 202 h) - ha dado a la FCC para adaptar de modo periódico las reglas de concentración por impacto de las tecnologías y la aparición de nuevos actores, hipótesis prevista que se consolidó por las obligaciones que la justicia federal impuso a esa Autoridad de Aplicación tras el fallo “Prometheus”77.
Este artículo prevé que por desarrollos tecnológicos se modifiquen las reglas de compatibilidad y multiplicidad de licencias. La situación es perfectamente comprensible. En el mundo analógico el tope de una licencia para un servicio de TV por área de cobertura tiene sentido. Puede dejar de tenerlo cuando como resultado de la incorporación de digitalización de la TV se multipliquen los canales existentes, tanto por la migración de tecnologías, el uso del UHF y los multiplex.
Existe un mínimo de licencias establecidas en el proyecto, que se corresponden con la actual realidad tecnológica, que aun circunda el mundo analógico. Este mínimo no puede ser reducido ni revisado. Ahora bien, existe un universo de posibilidades tecnológicas. Es razonable entonces, crear un instrumento legal flexible que permita a la Argentina adoptar estas nuevas tecnologías, tal como lo han hecho otros países.
Por lo expuesto es que el Grupo Encuentro Mar del Plata, apoya la iniciativa del Poder Ejecutivo en general y objeta los puntos antes señalados.
Eduardo Montarcé
Luján Brogno
Sergio Romano
La gran importancia que ha tomado la televisión (principalmente) en la opinión pública llegando al extremo que lo que no sale por la pantalla chica, no existe, amerita un profundo cambio en las reglas que permitan la diversificación de los medios a fin que la población tenga un espectro mucho más amplio en la información y pueda determinar por si, su posición, ya sea política, ideológica, religiosa, etc.
La libertad de expresión no debe estar atada a los interese económicos facciosos de los grandes monopolios, lo que no quiere decir que cada prestador pueda tener su línea editorial afín a una posición política, religiosa, etc. pero estas posiciones deben ser bien determinadas y la población podrá elegir a su libre albedrío cual es la palabra que quiere oír y la que considere más acertada.
Como están dadas las reglas en la actualidad, se ha llegado a un extremo en que algunos medios de comunicación se dan el lujo de elegir un candidato y catapultarlo a la opinión publica de una forma casi obscena y lograr su instalación para luego sea votado con mayor éxito. En otras palabras, se ha llegado al convencimiento que la suerte o desventura de un político, indefectiblemente está atado al beneplácito o no de los multimedios de comunicación. Nosotros los marplatenses tenemos un claro ejemplo de esto, si alguien quiere llegar a un lugar destacado en la política debe tener el visto bueno de Sr. Aldrey Iglesias, que es desde hace mucho tiempo, el poder tras el poder.
Ahora bien, los que hemos leído el proyecto enviado por el Ejecutivo Nacional al Congreso (aunque no somos expertos) vemos en él un gran avance y en líneas generales creemos que es un buen proyecto, pero que tiene algunos puntos controvertidos que se deberían cambiar o consensuar, por ejemplo dejar intervenir a las empresas telefónicas y la Autoridad de Aplicación. Creemos que las empresas que tienen a su cargo concesiones del Estado no deberían participar en los medios de comunicación por encontrase atadas a convenios que pueden en determinado momento condicionar la información a los negocios del gobierno de turno con dichas empresas. Y la Autoridad de Aplicación, creemos que debería ser un ente independiente del Poder Ejecutivo y controlado por el poder Legislativo.
En cuanto al Art. 40, que tanto revuelo ha hecho en la oposición, lo hemos leído y releído y no encontramos nada anormal porque contempla una revisión puramente técnica y no afecta en nada los derechos de los titulares de la licencias.
Para mejor entendimiento trancrivimos el Art. 40 tal cual está en el proyecto del Ejecutivo:
ARTÍCULO 40.-76
La Autoridad de Aplicación deberá, en forma bianual y en virtud de la aplicación de nuevas tecnologías, revisar las reglas establecidas en los artículos 38 y 39 con el objeto de resguardar la competencia, el interés público, y promover el pluralismo y el desempeño de los prestadores de la actividad, preservando los derechos de los titulares de licencias o autorizaciones al momento de la revisión.
La aprobación de las nuevas reglas deberá ser previamente ratificada por la Comisión Bicameral creada por esta ley.
NOTA Artículo 40.
En la propuesta formulada se agrega una hipótesis de trabajo hacia el futuro en el que el dividendo digital permitiría una mayor flexibilidad de normas. Para tal fin se ha tomado en consideración las instancias que la ley de Comunicaciones de Estados Unidos de 1996, -sección 202 h) - ha dado a la FCC para adaptar de modo periódico las reglas de concentración por impacto de las tecnologías y la aparición de nuevos actores, hipótesis prevista que se consolidó por las obligaciones que la justicia federal impuso a esa Autoridad de Aplicación tras el fallo “Prometheus”77.
Este artículo prevé que por desarrollos tecnológicos se modifiquen las reglas de compatibilidad y multiplicidad de licencias. La situación es perfectamente comprensible. En el mundo analógico el tope de una licencia para un servicio de TV por área de cobertura tiene sentido. Puede dejar de tenerlo cuando como resultado de la incorporación de digitalización de la TV se multipliquen los canales existentes, tanto por la migración de tecnologías, el uso del UHF y los multiplex.
Existe un mínimo de licencias establecidas en el proyecto, que se corresponden con la actual realidad tecnológica, que aun circunda el mundo analógico. Este mínimo no puede ser reducido ni revisado. Ahora bien, existe un universo de posibilidades tecnológicas. Es razonable entonces, crear un instrumento legal flexible que permita a la Argentina adoptar estas nuevas tecnologías, tal como lo han hecho otros países.
Por lo expuesto es que el Grupo Encuentro Mar del Plata, apoya la iniciativa del Poder Ejecutivo en general y objeta los puntos antes señalados.
Eduardo Montarcé

Luján Brogno
Sergio Romano
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