Escribe Aldo Ares
E.mail.: aldoares@hotmail.com
EL MUNDO AL REVES:
LO PEOR VIENE DE CAMINO
Con la nacionalización de la banca americana quedó a la intemperie el fallo colosal del sistema financiero capitalista imperante. La falta de reglas transparentes en el control de las finanzas del libre mercado dejó al descubierto el agujero del capital privado. Y algo que no está en los manuales de la economía ortodoxa sucedió. Lo público tuvo que salir al rescate del descalabro de lo privado para evitar no solo males mayores sino el colapso de la economía mundial.
EL SOCIALISMO SALVA AL CAPITALISMO
La intervención del Estado en la banca privada coloca al sistema americano en la antítesis de su propio modelo. El impulso de la hecatombe sitúa a Bush, con la nacionalización bancaria, a la izquierda de su bestia negra, el “deschavado” Chávez. En todo caso, el contrapeso de los hechos ha trastocado el libre mercado, ha colocado el mundo al revés.
Hasta el mismísimo primer ministro británico, Gordon Brown, un cadáver político hace pocas semanas, que gracias a su inoperancia había resucitado a los moribundos conservadores, recobró el oxígeno con una jugada maestra, que a la postre adoptó a pie juntillas los Estados Unidos y los propios Estados miembros de la Unión Europea. Su proeza, adoptar un plan de rescate público sobre su sistema financiero y ejecutarlo sobre la marcha. Dio la luz al oscuro túnel de la economía mundial en caída libre.
Acto seguido, los 27 países que componen la unión europea cerraron filas y, sin fisuras, inyectaron más de dos billones de euros al sistema bancario común para garantizar los depósitos de los ahorradores y evitar riesgos que amenazaban con la debacle de la economía comunitaria.
Europa, por primera vez en la historia toma la delantera a los Estados Unidos, que se ve desbordada por la dureza de la realidad, sin red para atajar la caída de su libre mercado. Las reglas de juego del sistema financiero ya nunca serán lo mismo. La gloria del neoliberalismo ha pasado a mejor vida, o sea, a la peor de las vidas, dejó de respirar.
El sistema que bendijo el último Dios del Tesoro americano, el todopoderoso Alan Greenspan, que prohibió enfáticamente la regulación, el control y la supervisión de los movimientos bancarios, se vino abajo y destruyó la credibilidad de su postulado.
Ahora, una comunidad europea, mejor preparada que tras la segunda guerra mundial, es la que propone un nuevo firmamento financiero, un trueque de la opacidad bancaria por la transparencia de su funcionamiento, con una supervisión colegiada, reglas visibles, y que propone eliminar el limbo del los 37 paraísos fiscales, refugio de robos descomunales que hasta ahora escapan al control de los Estados y de la ley.
EL INCREIBLE FALLO DE LOS ECONOMISTAS
Las cabezas pensantes se preguntarán: ¿Cómo es posible que los economistas no previeran este desplome descomunal? Porque se supone que la ciencia está para algo. Y si la ciencia falla, la gravedad es más extrema si cabe.
Los científicos no solo no supieron prevenir, sino que además aconsejaron mal. No hicieron nada para evitar los defectos de la desregulación, fueron sumisos al poderío del dinero, dejaron el camino libre a la estafa, legitimaron el robo.
Pues, los economistas conocían el agujero gigantesco de las hipotecas basura pero se callaron ¿Por qué? La deuda incobrable es tan sideral que no cabría otra solución que autodestruir el mercado y volver a empezar con lo que quedara de los escombros, parecía ser la consigna.
EMERGENCIA Y RECESIÓN
Lo contradictorio de este rescate billonario de los Estados es que la crisis aún no está resuelta, no hay suficiente liquidez. Prueba de ello es que las bolsas operan como montañas rusas que suben y bajan estrepitosamente.
Las empresas más emblemáticas de Estados Unidos y Europa no paran de despedir personal y el desempleo ya se ha convertido en los platos rotos del desastre. La morosidad por impago de hipotecas y otros créditos se ha triplicado. Por tanto el problema no está en lo que ha pasado sino en lo que viene de camino. La recesión es un hecho, no un fantasma, que atacará, como siempre, a los más desfavorecidos, a los puestos de trabajo y a los salarios.
El desplome de las materias primas, la base de la economía argentina, se ha unido al empeoramiento generalizado. La soja, de 600 dólares ha bajado a la mitad, lo mismo que el petróleo que llegó a l50 dólares el barril para situarse en 66 dólares actualmente. La recaudación del Estado como consecuencia bajará a la mitad y será imposible hacer frente a las obligaciones contraídas.
El autismo de nuestro gobierno, la falta de reacción con medidas urgentes para la emergencia en que nos encontramos hace temer lo peor para finalizar el año con dignidad. Pero el 2009 se hará notar con la virulencia de un país que desaprovechó la bonanza de los precios internacionales, que no invirtió en infraestructuras, que no está preparado para dar respuesta a una crisis de las dimensiones que se avecinan.
La Argentina necesita refinanciar sus deudas, se acabaron las vacas gordas del superávit y el mundo no tiene liquidez para prestarnos, incluido Chávez que pierde su gallina de los huevos de oro con el desplome de los petrodólares.
El destino se la juega a los K de cara al próximo año electoral, le quita su principal arma, el poder de don dinero. Las medidas económicas que requiere el país para enfrentarse a la crisis pueden esperar, a juzgar por los hechos, no así la previsión de la puesta a punto del clientelismo político que ya calienta motores.
Entre otras medidas urgentes se debería meter cuchillo con una rebaja sustancial al IVA de los alimentos de primera necesidad y un arreglo imprescindible con las retenciones al campo. Nadie en su sano juicio va a enterrar su dinero en el campo ante un panorama tan desolador, si no tiene reglas claras que le devuelvan la confianza.
FUERA DEL MUNDO
No es una novedad que en materia política La Argentina se quedó en el pasado. Pero también resulta devastador ver estos días que la televisión ocupa el 90 por ciento de su tiempo en discusiones inútiles de nuestro devaluado fútbol, con la que está cayendo en la economía mundial. También en fútbol nos apartamos de la democracia, con unos dirigentes lamentables que ejercen de dictadores vitalicios. El resto del tiempo de la tele lo llena las vanidades de Tinelli o los cotilleos de bajas pasiones. Parece que los gestores de la Prensa masiva van paralelos a la mediocridad social y política. El mundo no nos importa, por ahora. Sigamos la fiesta.
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