domingo, 8 de agosto de 2010

Retensiones

Retensiones

Con la caída de los poderes delegados por el Congreso al Ejecutivo, surge nuevamente la discusión sobre las retenciones o impuestos aduaneros a las exportaciones. La discusión se centra principalmente en las retenciones a los productos agropecuarios, que debido al gran incremento de los precios internacionales produce también elevar los valores internos de los alimentos de la canasta familiar. Esta es una de las causas por las cuales el gobierno debe intervenir, además de apropiarse de divisas que deben contribuir a la distribución del ingreso.
Los representantes de las asociaciones que nuclear a los productores agropecuarios piden la eliminación total de las retenciones aduaneras y es lógico que lo hagan ya que ellos defienden sus ganancias, como lo hacen todos los sectores en un sistema capitalista como el imperante en nuestro país.
Pero el gobierno por su lado, tiene la obligación de intervenir para tratar de achicar la brecha entre los que más ganan y la gran masa de población que en muchos casos no llega a ganar el valor de lo que representa la canasta familiar. Por esa causa es que apoyamos desde bastos sectores la implementación de las retenciones.
Ahora bien, ¿Cómo creo que deberían ser éstas? Creo que deberían ser segmentadas de acuerdo con la producción de cada productor, no es lo mismo quien siembra 50 o 100 Has. a quien siembra 1000 o más y deberían ser móviles con un tope que podría ser del 35%, para poder irlas ajustan de acuerdo con los aumentos o bajas de los precios internacionales.
Estas retenciones también deben ser diferenciadas por productos, de manera tal que al productor le convenga tanto sembrar soja, como trigo, maíz, cebada, lino o criar ganado. Este punto ha sido descuidado por las políticas estatales a punto tal que hoy nos encontramos con que no se puede cumplir con los contratos internacionales por falta stok ganadero. El desequilibrio entre los precios de la soja (aún con retenciones) y el de la carne, ha hecho que los productores se desprendieran de la ganadería para emplear sus campos a la siembra de aquél producto que representaba más ganancias.
La crítica del gobierno y otros sectores se basa en la falta de solidaridad de los dueños de los campos, pero no tienen en cuenta que en definitiva son capitales y el capital no tiene sentimientos, es impersonal y actúa de acuerdo con su conveniencia económica. No hay que olvidar que los capitales (cuando más concentrados peor) han hecho revoluciones, guerras y toda clase de tropelías para apropiarse de las economías de pueblos y naciones.
La inteligencia está en no despotricar contra ello, sino en aplicar políticas públicas para contrarrestar la concentración y poder distribuir la riqueza producida lo más equitativamente posible. La información en este sentido es fundamental para que la población en general comprenda cual es su enemigo, que no es la Mesa de Enlace, sino lo que ella representa. Porque hoy es la Mesa de Enlace, pero mañana puede ser cualquiera otra. También son los medios de comunicación en manos de corporaciones, los Sres. que al calor político poco a poco se van quedando con todos los espacios públicos para hacer negocios (como pasa en Mar del Plata), es larga la lista, pero es bueno que la ciudadanía comience a despertar y elegir si quiere seguir oprimido o quiere ser libre económicamente dentro de un sistema, que aunque sea capitalista, puede ser mucho más solidario y equitativo.
Eduardo Montarcé

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