El viernes 19 se realizó en nuestra ciudad la Mesa Debate programada por diferentes agrupaciones y partidos políticos que integran la Multisectorial Marplatense contra la Deuda Externa.
El evento contó con la presencia de invitados de las diferentes fuerzas, quienes luego de exponer su postura con respecto al NO pago de la Deuda Externa, contestaron preguntas de la concurrencia. Los referentes invitados fueron: Mario Mazzitelli (Secretario General del Partido Socialista Auténtico en Proyecto Sur), Néstor Pitrola (Partido Obrero) Mario Cafiero (Foro de la Deuda Externa), Jorge Elizondo (Agrupación Emergentes), Eduardo Macaluse (diputado, Solidaridad e Igualdad), Amancay Ardura (Clase Clasista y Combativa), Oscar Gascó (Foro de la Deuda Externa, regional Mar del Plata) y Gabriel Martínez (Sindicato de Luz y Fuerza de Mar del Plata). Se dio término al evento, con el aporte musical del marplatense Luis Caro.
Estuvimos presentes apoyando el NO pago a la deuda externa, hasta tanto se desglose lo legítimo de lo ilegítimo y se pague solo aquello que merite hacerlo.
Estamos totalmente en contra del manejo que pretende hacer el ejecutivo nacional, mediante un D.N.U, apropiarse de parte de las reservas del Banco Central de La República Argentina, para pagar deudas que para nosotros son hechas al calor de la dictadura militar y avaladas por personeros de la banca exterior.
Es lamentable que personas como Matín Sabbatella, a quien creíamos hasta hace poco, progresista y defensor de los más humildes, apoye la decisión del gobierno aduciendo que con eso se liberarán recursos para repartir a las provincias y a los municipios. Si fuera así junto a D.N.U debería sancionarse una ley correctora del Presupuesto votado hace muy poco, para redireccionar partidas y así asegurarse que las mismas no serán direccionadas sólo a los amigos del poder como viene sucediendo hasta ahora.
sábado, 20 de febrero de 2010
viernes, 12 de febrero de 2010
Una Opinión
Una opinión
Por suerte y gracias a Pino Solanas y a otros cultores de la izquierda progresista, hoy nuevamente se pone sobre el tapete el carma de nuestra deuda externa. Al menos se discute sobre los pormenores de la misma y qué se debe hacer luego de tantos años transcurridos en los que distintos gobiernos han sucumbido a la presión de los organismos financieros externos e internos, formando una maraña de medidas, en la mayoría de los casos fraudulentas, que han intentado tapar o aceptar lo que de acuerdo al recordado fallo del Juez Ballesteros en la causa Olmos del año 2000, es un robo.
Ahora resulta que los defensores de pagar toda la deuda sin investigación y convalidando el gran fraude, entre ellos el gobierno actual, nos dicen que no es el momento, que no tenemos el consenso ni la fuerza suficiente para negarnos a pagar hasta tanto se clarifique y se separe lo legal de lo ilegal y que tendríamos que enfrentar una catástrofe financiera y económica. Lo que realmente sucede es que no hay ni a habido en estos años de gobiernos elegidos en las urnas, una decisión política firme de hacer valer nuestros derechos y siempre se han doblegado al poder financiero.
Se nos dijo que con el pago de la deuda al FMI vendrían las inversiones extranjeras y con el famoso canje de deuda nos desendeudaríamos. Pero no es así, la deuda siguió subiendo a pesar de la quita importante que se realizó y las inversiones que prometían aún las estamos esperando, y en contra partida la fuga de capitales ha sido enorme. Ahora quieren pagar con los ahorros de BCRA para seguirnos endeudando, eso sí, a tasas más bajas.
No se entiende como se explica, que cuando el país comenzó a crecer allá por el 2002-2003, la deuda estaba y más aún, nos habíamos negado a pagar. Desde ese momento hasta el 2007 no paramos de crecer, se logró pagar deuda con ese crecimiento y hubo superávit gemelos. Lo que no se logró fue desarrollo porque lo que hubo fue el uso de la capacidad instalada que estaba ociosa por el cierre de fábricas y pequeña y mediana empresa perjudicadas por las políticas de los años 90. Ayudó mucho la gran expansión de la producción agrícola, gracias a la tecnificación lograda en los 90 y los precios internacionales (principalmente de la soja) que produjo el “buum” que todos conocemos. Y hoy a pesar de las malas políticas empleadas la soja vuelve a tendernos la mano en el atolladero fiscal en que nos han metido.
Con este comentario quiero hacer notar que no pagar, en un determinado tiempo mientras se investiga lo legal de lo ilegal de la deuda, no es la hecatombe y si hay que usar parte de los ahorros hechos durante estos años en reservas del BCRA no esta mal, siempre que se haga para sostener la producción interna y lograr desarrollo donde la inversión es nula o insuficiente.
El mal de muchos políticos es ver todo negro, y no es así, aunque no estemos conformes con este gobierno por su autoritarismo, su falta de apego a las leyes, la corrupción, etc. no podemos negar que estamos muchísimo mejor que en el 2002 ¿podríamos estar mejor? Es probable. Pero también con la calidad de los políticos opositores, es probable que estuviéramos peor.
Estoy de acuerdo con Pino en lo referente a la deuda y su posición en relación con los fondos de BCRA que deben ser usados, como digo antes para el desarrollo interno. Pero no estoy para nada de acuerdo con las denuncias que realizó en la justicia, no porque no tengan asidero, sino porque en este momento tan complicado en lo político y económico, es agregar más leña al fuego, donde lo que se necesita, son proyectos, consensos y tratar de caminar estos menos de dos años que faltan para la finalización de este gobierno de la mejor forma posible y así el próximo gobierno que elijamos no se encuentre en otro 2001.
Supongamos que la justicia determine que la presidenta ha cometido algún ilícito por el cual pueda ser penada y destituida ¿serviría de algo a los ciudadanos de a pié? Creo que no, sería peor el remedio que la enfermedad. También creo que si hay una justicia independiente muchos de los que están en el gobierno terminarán presos, pero todo tiene su tiempo y ahora no lo es.
Hay que dejar que el Congreso trabaje e impulse leyes que acoten o limiten el desmedido presidencialismo, que mejoren el funcionamiento institucional y la distribución del ingreso, abandonando por un tiempo las disputas de las que, creo, estamos todos cansados.
No será con peleas, discusiones personales y denuncias, como se logrará sacar de la pobreza e indigencia a los millones de argentinos que las están sufriendo.
Por suerte y gracias a Pino Solanas y a otros cultores de la izquierda progresista, hoy nuevamente se pone sobre el tapete el carma de nuestra deuda externa. Al menos se discute sobre los pormenores de la misma y qué se debe hacer luego de tantos años transcurridos en los que distintos gobiernos han sucumbido a la presión de los organismos financieros externos e internos, formando una maraña de medidas, en la mayoría de los casos fraudulentas, que han intentado tapar o aceptar lo que de acuerdo al recordado fallo del Juez Ballesteros en la causa Olmos del año 2000, es un robo.
Ahora resulta que los defensores de pagar toda la deuda sin investigación y convalidando el gran fraude, entre ellos el gobierno actual, nos dicen que no es el momento, que no tenemos el consenso ni la fuerza suficiente para negarnos a pagar hasta tanto se clarifique y se separe lo legal de lo ilegal y que tendríamos que enfrentar una catástrofe financiera y económica. Lo que realmente sucede es que no hay ni a habido en estos años de gobiernos elegidos en las urnas, una decisión política firme de hacer valer nuestros derechos y siempre se han doblegado al poder financiero.
Se nos dijo que con el pago de la deuda al FMI vendrían las inversiones extranjeras y con el famoso canje de deuda nos desendeudaríamos. Pero no es así, la deuda siguió subiendo a pesar de la quita importante que se realizó y las inversiones que prometían aún las estamos esperando, y en contra partida la fuga de capitales ha sido enorme. Ahora quieren pagar con los ahorros de BCRA para seguirnos endeudando, eso sí, a tasas más bajas.
No se entiende como se explica, que cuando el país comenzó a crecer allá por el 2002-2003, la deuda estaba y más aún, nos habíamos negado a pagar. Desde ese momento hasta el 2007 no paramos de crecer, se logró pagar deuda con ese crecimiento y hubo superávit gemelos. Lo que no se logró fue desarrollo porque lo que hubo fue el uso de la capacidad instalada que estaba ociosa por el cierre de fábricas y pequeña y mediana empresa perjudicadas por las políticas de los años 90. Ayudó mucho la gran expansión de la producción agrícola, gracias a la tecnificación lograda en los 90 y los precios internacionales (principalmente de la soja) que produjo el “buum” que todos conocemos. Y hoy a pesar de las malas políticas empleadas la soja vuelve a tendernos la mano en el atolladero fiscal en que nos han metido.
Con este comentario quiero hacer notar que no pagar, en un determinado tiempo mientras se investiga lo legal de lo ilegal de la deuda, no es la hecatombe y si hay que usar parte de los ahorros hechos durante estos años en reservas del BCRA no esta mal, siempre que se haga para sostener la producción interna y lograr desarrollo donde la inversión es nula o insuficiente.
El mal de muchos políticos es ver todo negro, y no es así, aunque no estemos conformes con este gobierno por su autoritarismo, su falta de apego a las leyes, la corrupción, etc. no podemos negar que estamos muchísimo mejor que en el 2002 ¿podríamos estar mejor? Es probable. Pero también con la calidad de los políticos opositores, es probable que estuviéramos peor.
Estoy de acuerdo con Pino en lo referente a la deuda y su posición en relación con los fondos de BCRA que deben ser usados, como digo antes para el desarrollo interno. Pero no estoy para nada de acuerdo con las denuncias que realizó en la justicia, no porque no tengan asidero, sino porque en este momento tan complicado en lo político y económico, es agregar más leña al fuego, donde lo que se necesita, son proyectos, consensos y tratar de caminar estos menos de dos años que faltan para la finalización de este gobierno de la mejor forma posible y así el próximo gobierno que elijamos no se encuentre en otro 2001.
Supongamos que la justicia determine que la presidenta ha cometido algún ilícito por el cual pueda ser penada y destituida ¿serviría de algo a los ciudadanos de a pié? Creo que no, sería peor el remedio que la enfermedad. También creo que si hay una justicia independiente muchos de los que están en el gobierno terminarán presos, pero todo tiene su tiempo y ahora no lo es.
Hay que dejar que el Congreso trabaje e impulse leyes que acoten o limiten el desmedido presidencialismo, que mejoren el funcionamiento institucional y la distribución del ingreso, abandonando por un tiempo las disputas de las que, creo, estamos todos cansados.
No será con peleas, discusiones personales y denuncias, como se logrará sacar de la pobreza e indigencia a los millones de argentinos que las están sufriendo.
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